miércoles, 9 de junio de 2010

¿Respetamos la ley de propiedad intelectual?


La ley de propiedad intelectual es una instancia para proteger las creaciones de los autores y darles la autoridad sobre estas obras. Ya sean estas creaciones de carácter artístico (música, libros, pinturas, imágenes gráficas) o funcional, como lo es, por ejemplo, el caso de los programas informáticos. La multa que se otorga por infringir esta ley va desde 5 a 50 unidades tributarias mensuales y además de presidio menor en su grado mínimo. Se considera culpable de violar esta ley a las personas que:


“Sin estar expresamente facultados para ello, utilicen obras de dominio ajeno protegidas por esta ley, inéditas o publicadas, en cualquiera de las formas o por cualquiera de los medios establecidos, utilicen las interpretaciones, producciones y emisiones protegidas de los titulares de los derechos conexos, con cualquiera de los fines o por cualquiera de los medios establecidos, Los que falsifiquen obras protegidas por esta ley, sean literarias, artísticas o científicas, o las que editen, reproduzcan o vendan ostentando falsamente el nombre del editor autorizado, suprimiendo o cambiando el nombre del autor o el título de la obra, o alterando maliciosamente su texto; Los que, obligados al pago de retribución por derecho de autor o conexos derivados de la ejecución de obras musicales, omitieren la confección de las planillas de ejecución correspondiente, y los que falsificaren o adulteraren una planilla de ejecución.


Con esto conocemos un poco más sobre esta ley y las sanciones que conlleva no respetarla, nos podemos dar cuenta que es muy importante en nuestro país el patrimonio cultural expresado a través de las distintas obras. Y eso está claramente estipulado por las sanciones antes mencionadas. Y por las características de lo que cometen el delito, todos seriamos culpables en algún sentido.

Ahora bien, que conozcamos todo esto no quiere decir que lo llevemos a cabo. Muchas personas forman parte de este delito al hacerse participe del comercio pirata (que claramente lucra con la propiedad intelectual de otros). Pero incluso una práctica tan habitual como fotocopiar un libro, que es muy común entre los estudiantes, se transforma inmediatamente en un crimen que atenta contra la propiedad intelectual, ya que violamos la propiedad de los autores al no comprar su obra de manera original. También es común ver la utilización de programas computacionales que no presentan ningún tipo de licencia. Surge la gran inquietud: si sabemos que al comprar algo pirata, fotocopiar un libro, utilizar un programa sin licencia es algo ilegal, ¿por qué lo hacemos? La respuesta que se puede generar de esta inquietud es el aspecto monetario y la necesidad de lo que se está adquiriendo. La sociedad, en cierto sentido, propicia la utilización de aspectos que van en contra de la propiedad intelectual. Los altos costos de los libros, la inexistencia de programas gratuitos que se utilicen en forma masificada, obligando a “conseguirse” los programas informáticos que se encuentran en todas partes. Con esto no pretendo apoyar el uso de las creaciones que no son originales, solo expreso el porqué de que algunas personas caigan en este delito.

Como sugerencias respetar esta la ley:


Se podrían generar instancias de compra y venta de revistas, libros, enciclopedias a un precio que sea accesible para todos.


Utilizar de forma masiva (en universidades, centros computacionales, bibliotecas, por mencionar algunos) programas informáticos que cuenten con libre acceso y no tengan costo alguno para los usuarios (como por ejemplo Open office).


Pueden existir miles de sugernecia más, pero son estas las que yo considero más factibles.


Y se se realiza en conjunto (editoriales, disqueras, comunidad en general) una propuesta para acceder a las diferentes creaciones (música, literatura, programas informáticos, entre otros) se podría evitar la existencia de la piratería. Y aun más, se disfrutaría de las obras originales, lo que generaría beneficios para los autores como para las personas que acceden a sus obras.

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